No están ustedes para saberlo, pero yo sí para contarles que hace algunos años, antes de que el mundo conociera la palabra "COVID", existía el Club de la gozadera. No era un lugar físico, sino más bien un concepto, un sentimiento, casi que un estado del ser.
Comenzó como un hashtag para compartir fotos de esos momentos en los que sentía que estaba vibrando bien pinche alto. Después, sin planearlo mucho, la frase se convirtió en el apodo de un grupo de personas que nos reuníamos cada semana a comer y platicar bien a gusto.
Adjunto evidencia:
Un dato curioso es que a mi amigo Luciano, que es brasileño, le daba mucha risa el nombre, porque en portugués “gozar” es sinónimo de eyacular. Así que se podrán imaginar lo divertido que le parecía que existiera un club que se llamara así.
Sin embargo, para cuando nos enteramos de esto ya era demasiado tarde: mi amiga Ceci y yo nos habíamos tatuado la palabra “gozar” en el brazo durante una noche loca. El club estaba aquí para quedarse.
El Club de la gozadera fue un chiste local, un grupo de amix e incluso un intento de cuenta de Instagram asteriiiiik para documentar nuestros viajes y encuentros. Pero luego llegó la pandemia y dejamos de salir, de tomar carajillos inflados de precio y de perdernos en largas conversaciones sobre música, vibradores y psicodélicos. El club quedó en pausa y cada quien tomó su propio rumbo emocional y geográficamente.
Pero algo sobrevivió. Yo seguí usando #ClubDeLaGozadera en algunas fotos. Y, más importante aún, nunca dejé de gozar, incluso cuando la vida se puso densa.
Gozar es punk
Una de las cosas que más agradezco es haber nacido de una mamá y un papá que son gozones. Me criaron dos seres que se quitan las angustias de encima como si fueran lagañas. Soy hija de la practicidad, el desapego y el disfrute de lo cotidiano. Crianza budista-zen combinada con Montessori. ¡Arre!
Un día cualquiera mi papá me manda fotos por WhatsApp para mostrarme que floreció su orquídea. O mi mamá me manda notas de voz cantando (desafinada, pero entusiasta). Esos detalles me recuerdan que el gozo está en prestar atención a lo cotidiano... y tener la capacidad sorprenderse.
Gozar siempre me ha parecido una especie de rebeldía. Es insistir en encontrar belleza en un mundo que intenta convencernos de que todo es hostil.
Con semejante herencia, el Club de la gozadera no podía quedarse en el pasado. Así que he decidido transformarlo en este newsletter experimental/recreo de recomendaciones y espacio de catársis con muchos “etc” por descubrir.
Así que pásenle. Sírvanse un vasito de agua fresca y siéntense a disfrutar de la vista.
AMOTODOAKI😍 amoteamo amo todo!! 💘💖🌱🩷mi amika tan tan kermosa de su carita pero más de sus piensos y sus todos!!! Que pinches recuerdos trajiste a mi mente! 😆lol el tatuaje hahaha 🐻 haha🫶🏽😻 like / share / save / descargar / todo si si si amo! Fan de tus srs padres 💖 🤙🏽teamiiiii🥹🥲
Que increíble, que risa me dio el significado